jueves, 28 de enero de 2010

La vida de una facultarera


Jueves por la mañana. Suena el despertador, lo apago y sigo durmiendo. Después de una hora remoloneando por fin me decido salir al mundo exterior, y es más, como hoy me siento capaz de todo, hasta me ducho todavía un poco dormida.

Termino de prepararme tomándome un té y me dispongo para emprender el largo viaje hasta la facultad.
Llego a mi destino, me bajo del autobús y.....¿pero qué pasa? Sí, debido a la celebración de Santo Tomás de Aquino la mitad de las facultades están cerradas, y entre ellas, la mía.

Así que ahí me vi, delante de la puerta, acordandome de todos los demás santos, porque ni hoy ni mañana podré ir a devolver un libro (otra vez sancionada...) ni a estudiar, ni a tutoría ni a deleitarme con la fauna universitaria, ¿conclusión?

No intentes ser una buena estudiante, no dediques tiempo a concienciarte para tirarte horas en la biblioteca (si encuentras un sitio vacío o en su defecto por lo menos un sitio ocupado por apuntes sin dueño que se puedan deslizar misteriosmente dejándote casualmente la mesa libre para ti, y claro, asegúrate de que tienes silla, porque no siempre vas a tener esa suerte...) no esperes que un profesor te conteste a un e-mail... ¡¡No esperes nada de la vida universitaria! (aunque sí, he de reconocerlo, a mí me encanta)


Pd...Vease en la foto la vida cuando no estás en exámenes

Persian Red

3 comentarios:

  1. ¡Qué dura es tu vida, criatura! Menos mal que en cuanto acabes los exámenes...¡holidays!!. A disfrutar de un descansito antes de empezar de nuevo.
    Besos
    Liliana

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  2. que vida más dura!! ya quisiera yo volver a esa vida otra vez!! jejeje
    besotes

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  3. Anda que tienes delito,ir a cumbres borrascosas un día que no tienes clase.
    Te cuento un secreto ahora que no hay nadie por aqui...yo conozco a una que se plantó alli un sábado y no se extrañó ni de que el autobus fuera vacio. Las hay que están peor, ya ves.

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Algo que decir

"Quería tan solo intentar vivir lo que tendía a brotar espontáneamente de mi, ¿por qué había de serme tan difícil?" - Hermann Hesse