Plántate en mitad de la calle y grítalo, sí, eso que llevas dentro, esa sensación que te calienta el corazón, que asciende por la garganta y te saca una sonrisa de oreja a oreja.
Chíllale al mundo que te levantas cada día con un "buenos días preciosa",con una mirada llena de pecas.
Quédate afónica, ahoga el último suspiro cuando no puedas alzar más la voz para decirle a todo el mundo que tú, Claudia Morales Casas, eres feliz.
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